domingo, 12 de mayo de 2013

Dar cera, pulir cera

Todos hemos visto la película, y todos recordamos la frase. El Señor Miyagi, esponja en mano, le decía a Daniel San eso de "dar cera mano derecha, pulir cera mano izquierda, dar cera, pulir cera"...


Hace un tiempo que llevo pensando en que esa misma filosofía (barata o mediática, podéis definirla como queráis) se puede adaptar al mundo de la escritura. Al menos yo llevo unas semanas haciéndolo y el resultado no ha sido malo del todo, por ello me gustaría explicaros en qué consiste.

1) Dar cera: consiste en escribir. Simplemente eso. Pero no escribir por escribir y sin sentido (difiriendo un poco de lo que aprendí de Natalie Goldberg y su libro El Gozo de Escribir), que es la técnica que emplearíamos si nos encontráramos bloqueados o faltos de ideas. En este caso se trataría de escribir un boceto, una primera versión, un borrador de la historia. Sin entrar en detalles (aunque si aparecen durante la sesión, los anotamos en márgenes o en cualquier rincón del papel, ¡no vamos a desperdiciarlos!). Simplemente dejar volar la mano y crear de principio a fin la historia. Uno de los grandes descubrimientos que he hecho en esta fase es que si lo hago escribiendo a mano, consigo acabarlo casi de una sentada. Eso es bueno.

2) Pulir cera: empieza lo bueno. En esta fase toca mover las piezas del puzzle. Crear nuevas si se nos olvidó alguna en la caja. Podar donde toque. Recortar las figuritas de papel o poner las estanterías. En definitiva, dar forma a lo que el esqueleto de la primera parte nos ha dejado en el papel. Es un proceso que en mi caso implica mucho más tiempo, porque ahí interviene el maniático que ha habitado siempre conmigo. Pero en esta parte le dejo que meta las manos en el pastel. No en la anterior. 


A pesar del gran consejo que el Señor Miyagi le ofreció a Daniel San, debo contradecir uno de sus fundamentos (con todos los respetos, por supuesto). Y es que yo creo que debemos dar cera con la mano izquierda, es decir, permitiendo cualquier cosa y dejando que vuele lo que vaya apareciendo por nuestra mente, aunque nos parezca una tontería que no tiene que ver con la historia, aunque sea un detalle que no sabemos si va a recalar finalmente en el escrito final. En cambio, cuando pulamos la cera, debemos tener mano fuerte, la derecha, la de los recortes, la de la firmeza sin contemplaciones.

No hagáis caso al señor Miyagi ni al Reverendo Powell (yo diría que la izquierda es la del amor, la flexible, y la derecha la del odio, la estricta). ¡Han intercambiado las manos! ¡Es una trampa!


Sea como sea, lo importante es seguir moviéndolas... ;)

sábado, 11 de mayo de 2013

Montañas más allá de las montañas

Una de las asignaturas pendientes que he tenido a lo largo de estos años ha sido la lectura. Desde mi abandono siendo adolescente no recuperé mi amor por los libros hasta pasado el cuarto de siglo. Pero aunque adore las historias, el maldito tiempo ha sido siempre el gran caballo de batalla. Y también la excusa perfecta para abandonarlos procrastinando con cualquier otra cosa.
No os cuento esto porque la situación haya cambiado mucho. Sí es cierto que hace un par de años y por cuestiones laborales, me vi obligado a hacer largos trayectos en transporte y leí una decena de libros que me metieron de nuevo en la senda correcta. Pero hoy en día he vuelto a caer, y es algo que no puedo permitirme. Así que para que sirva de acicate, he decidido enseñaros algunos de los libros que me esperan. Sólo es una montaña. Hay más... 


Algunos de ellos llevan tiempo en las estanterías, otros los he comprado recientemente en el Día del Libro y están firmados por el autor, otros comprados en mercadillos... Como veréis predomina el género de la Fantasía y la Ciencia Ficción (que son los que me atraen y de los que suelo escribir también), con un interés creciente por el Steampunk. Autores premiados (como Carlos Sisí, último Premio Minotauro) o considerados clásicos del género (como Neil Gaiman, ¿os suena ese nombre?). Algunos pertenecen a las películas que me gustan (Laberinto y Blade Runner), y otros los compré, simplemente, porque me gustó su portada (y su precio, cosa que no hay que descartar en estos tiempos que corren):


Actualmente estoy leyendo un libro que conseguí de pura casualidad en el Mercado de Sant Antoni de Barcelona (un mercado dominical que ME ENCANTA):


Se trata de la adaptación de la película del mismo título (otra de mis favoritas). Mi interés por adaptaciones cinematográficas, o por libros que han servido de base a una película, es porque me permiten ver los tempos, poder analizar cómo se ha trasladado determinado pasaje de un formato a otro y ver cómo han sido resueltas la temporalidad o las descripciones del papel a la pantalla. Es un libro corto, pero aun así está durando demasiado en mi mesilla y todos los demás están pidiendo paso, así que tengo que ponerme las pilas definitivamente.

Así que ya veis. Tengo mucha tarea por delante. Y eso que no os he comentado los 121 libros que me esperan en la tableta. Pero eso es otra historia... :)

Si me aparto un momento del propósito de este post, os puedo comentar que el proceso de escritura del relato para ser presentado al concurso de Ácronos II va mejor de lo que me hubiera planteando. Estoy a punto de acabar la historia y me falta pulir algunas cosas de la parte central, pero en general estoy muy satisfecho y espero tener oportunidades de ser uno de los seleccionados. 

Como escribió Félix J. Palma en una de las dedicatorias que plasmó en uno de los libros que le ofrecí...


...De eso se trata... De homenajear todo aquello que me gusta, transformado por mi propio tamiz... Y de soñar...