Hace unas semanas me decidí a comprar el famoso libro de
Natalie Goldberg,
El gozo de escribir. Había leído muchos comentarios acerca de este libro en blogs afines, así que despertó en mí la curiosidad acerca de si sería tan transformador como contaban. La verdad es que lo he leído relativamente rápido y eso, entre otras cosas, es gracias a que está escrito como pequeños capítulo (casi píldoras) de unas a tres páginas en su mayoría que facilitan que sea muy ágil su lectura. La autora sabe de lo que habla, pues además de escritora se dedica profesionalmente a impartir clases en talleres literarios, mezclando en sus artículos parte de la filosofía zen de la que parece ser una apasionada.
Si algo a priori me llamaba la atención antes de emprender su lectura, era el título. Uno de los problemas a los que me enfrento cada vez que intento escribir es mi "sufrimiento" en esa fase. Seguramente, eso es debido a que aún no he encontrado un método de trabajo que me haga disfrutar más del proceso de escritura a partir del momento en que se origina la idea. Que un libro promulgara en su título que escribir era una actividad "gozosa" me chocaba bastante.
Una vez terminado, puedo decir que me parece un libro bastante interesante para los que tenemos como afición la escritura, pero en mi caso no ha supuesto encontrar una fórmula mágica que vaya a marcar un antes y un después. Aunque es cierto que he extraído unas conclusiones que quiero poner en práctica, alguna con el escrito que tengo entre manos y que os comenté en el anterior post.
Como este blog es eminentemente práctico y lo que trata es de servirme tanto a mí mismo como al resto de colegas que lo puedan encontrar, a continuación detallo los puntos que me han parecido más interesantes:
1) Natalie Goldberg es defensora de la técnica de "la mano en movimiento", o sea, sentarse ante la hoja en blanco y empezar a escribir sin parar, sin tener la necesidad de pensar en lo que se está escribiendo, sólo dejando que la mano se mueva constantemente sobre el folio escribiendo todo lo que se cruce por nuestra mente. De esa forma se consigue reprimir al revisor que todos llevamos dentro (ese gran enemigo) y podemos obtener algo que, aunque no tenga sentido, nos ayudará a ser capaces de romper el miedo a la página en blanco y a predisponer la mente a ser ágil. Me ha parecido una buena aportación, creo que sobre todo será muy útil para conseguir un primer borrador del escrito. En ese sentido, a partir de ahora voy a tratar que todos escritos tengan como primera versión una escrita a mano. Así también me ahorro distracciones con el ordenador.
2) La importancia de los detalles: la autora aboga por que el autor experimente y viva para poder contarlo posteriormente, y que se nutra de los pequeños detalles que nos rodean y que dan veracidad a las historias. Las sensaciones, las percepciones físicas, la observación detenida de lo que tenemos cerca, para poder plasmarlo en nuestros escritos. El escritor debe ser una persona sensitiva.
3) La flexibilidad del escritor: Natalie comenta que, aunque para desarrollar nuestra pasión puede ser interesante disponer de un espacio propio y adecuado para escribir (mesa, silla cómoda, etc.), también comenta que no debemos dejarnos llevar por los "fetiches". No debemos acomodarnos y debemos ser capaces de escribir en cualquier sitio y condición, saliendo de nuestra zona de confort. En concreto, defiende que preparar una sesión de escritura en un café o un sitio ajeno puede ser una buena práctica para reactivar una etapa de baja productividad.
4) Las dudas del escritor: finalmente, la autora comenta que es normal que un autor tenga momentos de duda o decaimiento en los que creemos que todo lo que hacemos no sirve para nada, y que deberíamos estar dedicando todo ese tiempo a otras actividades. Es una circunstancia que han vivido todos los que comparten esta afición y no debemos sentirnos como "los apestados". Simplemente, hay que seguir adelante, asumir que habrá días mejores y peores, pero que mientras se siga escribiendo no será tiempo perdido.
Sinceramente, creo que merece la pena la lectura de este libro. Quizás no tenga las claves maestras sobre cómo conseguir vuestra novela (¿acaso hay alguno que las tenga?), pero sí aporta pinceladas de una escritora con mucha experiencia y que sumadas a las enseñanzas orientales que practica, se convierten en una lectura muy agradable.