A este abril del 2013 le quedan sólo un par de días. Y no puedo decir que haya sido un buen mes para mí. Me he llevado un gran e inesperado disgusto que quizás me deje huella de por vida. Pero, en fin, ese dato era sólo para constatar que este preciso mes y año van a ser relevantes.
En otro orden de cosas, anoche estuve viendo un concierto de The Cure, uno de mis grupos favoritos y "banda sonora de mi vida" (odio esa frase hecha) en muchos momentos importantes, y recaí en aquel preciso momento en el nombre de su último disco 4:13 Dream. En el momento de su salida al mercado no se comentó en ningún medio cual era el motivo de ese nombre. Se rumoreó que podría estar motivado por un sueño que tuvo Robert Smith a esas horas intempestivas de la noche, o a un hipotético pasaje de la Biblia, pero el caso es que no hubo (o al menos yo no la conozco) una explicación oficial.
Fue anoche, mientras veía el concierto, cuando recaí en que 4:13 podría también haber sido una referencia al mes 4 del año 13, es decir abril del 2013. Sinceramente, no creo que el grupo estuviera pensando en octubre del 2008 (la fecha de salida del disco) en esta hipotética fecha por algún motivo, pero yo desde anoche acogí esta coincidencia como una señal del destino. Una pícara casualidad que me estaban reservando para que saboreara en este momento. Para marcar mi vida con esta fecha.
Sí, soy de esas personas que dan importancia a las casualidades, a las señales, a las coincidencias. Y siendo, como es y os comentaba, un mes bastante transcendental en mi vida, también ha sido el mes en el que definitivamente he decidido dar un paso adelante y apostar por la escritura. Ya no tengo ataduras. Puedo intentarlo. O mejor, voy a conseguirlo.
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