viernes, 6 de diciembre de 2013

De cómo el tiempo pasa y no todo permanece...

Tenía pendiente pasar por aquí para ir contando mis progresos en este mundillo, pero si creeis que me había olvidado de este espacio, estáis completamente equivocados. He estado ocupado mucho tiempo haciendo precisamente lo que debía hacer: vivir y escribir.

De lo primero, la verdad es que no puedo decir que la vida me haya tratado bien. He pasado de la alegría a la tristeza de un plumazo. Las cosas se han torcido y retorcido demasiado y ahora toca una época de encierro en la Fortaleza de la Soledad, intentando curar las heridas y sin ver demasiado lo que suceda alrededor para no seguir cayendo. 

En la escritura, al menos, he tenido un poco más de éxito. En primer lugar porque en todo este tiempo que estoy escribiendo más regularmente (de verano a esta parte) llevo completados 8 relatos. Eso para mí es todo un récord y ya de por sí un motivo de celebración. :)
Algunos de ellos han sido presentados a concursos, en concreto, a los de Ácronos 2, Visiones 2013, MadTerrorFest, Domingo Santos, y La Web del Terror. Como veis, ¡he cumplido con las previsiones que me había propuesto! :) Estoy muy contento en ese sentido. Cada historia acabada ha sido un pequeño reto, y acabarlas me ha hecho mejor escritor (espero). En cuanto al éxito que han tenido en las convocatorias, ha sido irregular. Uno de ellos va a ser publicado en una antología que saldrá a finales del mes de enero del próximo año. Otro está pendiente de su edición en una antología únicamente digital (y se quedó a las puertas de salir en la edición en papel). Y a falta de conocer el veredicto de La Web del Terror, el resto de relatos cayeron en el limbo de la indeterminación.

Es una de las cosas que no me gusta cuando presento escritos a un concurso. Si no eres ganador o sales publicado, nunca puedes llegar a valorar si tu escrito estaba a la altura del resto o ha sido muy inferior a los presentados. Debería haber una norma no escrita que obligara a elaborar un ranking de al menos los 20 mejores. De esta forma se ayudaría a los escritores a mejorar, a valorar si está yendo por buen camino o tiene que dedicarse a otra cosa. Por desgracia, no creo que esto suceda algún día.

Uno de los factores que ha hecho que mi producción se haya mantenido alta es que me he aliado con un colega para hacernos "writing buddies". Es decir, nos fijamos uno de estos concursos como objetivo y ambos escribimos para él. Una vez acabados nuestros textos (nos damos una semana para conseguir el primer borrador y unos días para acabar de pulirlo), nos intercambiamos los escritos y los corregimos aportando sugerencias para mejorarlos y corrigiendo errores (somos novatos, normal que los tengamos). Luego los volvemos a revisar y enviamos. La verdad es que le estoy muy agradecido a J. por ayudarme a mejorar. Espero que algún día pueda devolverle el favor con un Porsche o algo así... XDDD

¿Y hacia dónde iremos ahora? Pues la verdad es que tras una época en que los concursos se han prodigado mucho, parece que este final de año y el inicio del siguiente, en cuanto a concursos de temática fantástica y CF, no tiene muchas convocatorias por delante. Tengo previsto escribir un relato para The Best of Spanish Steampunk y otro para Convocatoria de relatos inspirados en la Primera Guerra Mundial. A partir de ahí (finales de enero) hay poco que cortar. Y quizás sea el momento de plantearse seriamente recuperar el proyecto de la novela. 

Estos relatos me han servido mucho para romper el límite de páginas pequeño y me ha ayudado a perder el miedo a alargarme algo más de lo que acostumbraba hasta ahora (3 folios o por el estilo). Y creo que ha sido una buena forma de quitarle el moho a mi cabeza y sentar unos buenos precedentes para intentarlo de nuevo, espero que por última vez, con la novela. 2014 es un número que me gusta. El 14 siempre ha sido especial para mí. Y se cumplirán 10 años desde que la idea de esa novela llegó a mi cabeza. Creo que ya va siendo hora de completarla. ¿No creéis? :)

viernes, 5 de julio de 2013

Constantes cambios

Que la vida es un constante cambio, creo que lo hemos descubierto más de uno. Y por supuesto, en mi aventura con el mundo de la escritura no podía ser menos. De aquellos planes que me había marcado para el mes de junio, pocos se han cumplido finalmente. Pero vengo aquí a dar la casa, a explicarme y a dejar registro de lo sucedido para cuando quiera mirar atrás.

Junio iba a ser el mes donde iba a preparar el resumen de la novela largamente archivada en algún cajón de mi memoria. ¿Ha sido así? Desgraciadamente no, pero ha sido por una buena causa (esperemos). Durante este mes han surgido muchas convocatorias de premios de relatos cortos de la temática que me atrae (Fantasía, Ciencia Ficción y Terror). Parece que el hecho de que el verano se acerca ha hecho disparar que estos concursos afloren para que los participantes puedan preparar sus escritos tranquilamente durante el verano. En cierta forma, es algo comprensible. Y por ese motivo, he aparcado de alguna forma la novela, pues he decidido participar en alguno de ellos para demostrarme a mí mismo si tengo futuro en esto de la escritura o no. Como dije no hace mucho, no es que la decisión de un jurado deba influirme para tomar la decisión de seguir escribiendo o no, pero necesito ponerme a prueba con algún reto en el que no sea necesario invertir tanto tiempo como en una novela y que me dé un pequeño empujón (o una colleja) y me haga abrir los ojos de una vez.

A la participación en Ácronos 2 (relato que ya entregué y del que estoy muy orgulloso) quiero añadir una participación en Visiones 2013 (para el cual ya estoy escribiendo el relato) y también otra para el I Certamen de relatos fantásticos y de terror MadTerrorFest. Tengo tiempo más que suficiente para preparar esos relatos así que mi intención es, o bien incorporar más convocatorias a mi listado de entregas, o retomar la novela, como había sido mi plan originalmente.

¿Qué ha pasado con ella a lo largo de junio? Pues no ha estado guardada en el cajón. Sus páginas escritas y su documentación se han aireado y he vuelto a empaparme de la historia y a volver a cargarla en mi memoria para tenerla en mi disparadero de ideas en cualquier momento. Este reencuentro me ha servido además para practicar con Scrivener, el que para muchos escritores es el mejor software para escritores del mercado. Debo decir que ha sido una experiencia corta aún para sacar conclusiones, pero es verdad que la forma que tiene el programa de organizar las diferentes partes de la novela lo hacen muy práctico. Seguramente a partir de ahora utilice este programa para escribirla.

Y en cuanto a ese precioso portátil que iba a comprarme, me temo que va a seguir siendo "ese precioso portátil que iba a comprarme". La presentación de Apple trajo mejoras en el Macbook Air (al cual han mejorado la CPU y la batería), pero incomprensiblemente esas mejoras no han llegado al Macbook Pro, el modelo que iba a comprarme. Mis propias especulaciones me llevan a pensar que esos cambios se aplicarán a ese modelo hacia septiempre u octubre (en la que se supone que será la siguiente conferencia de Apple), con lo cual, toca esperar hasta entonces y ver qué pasa. De momento tocará esperar y pasar el verano pasando calor con las torres convecionales, o con estos portátiles antidiluvianos que pululan por aquí. Pero esperemos que sea por poco tiempo.

En fin, como veis, a veces no se cumple todo lo que teníamos previsto. Pero el consuelo que tengo es que al menos, he seguido escribiendo. NO LO HE DEJADO. Y eso en mi caso es ya todo un logro. Brindaremos por meses como éste cuando todo haya acabado, camaradas. :)

jueves, 6 de junio de 2013

Buscando excusas

Hace unos días os conté que este mes iba a ser importante porque habían muchas cosas en juego: resoluciones de concursos, el resumen de la novela, quizás escribir algún relato más... Pero se me olvidó comentaros que este también iba a ser un mes en el que iba a poner fin a una de mis excusas más antiguas  excusas para no escribir. 

Veréis, siempre he sido bastante bueno imponiéndome excusas para no escribir. A veces he tenido que encontrar una libreta perfecta para encontrarme cómodo escribiendo, o un lápiz en especial (porque suelo escribir con lápiz), o en lugar de una libreta he querido localizar un cartapacio para poder añadir o quitar hojas libremente... Pero en muchas de esas ocasiones, una vez ya conseguía aquello que detenía mi creatividad (totalmente falso, lo confieso) tampoco me ponía a la labor de escribir. A veces han sido excusas poco costosas, como las que he comentado... Otras lo pueden ser más, y a estas voy a referirme.

Siempre he querido tener un portátil. Me he imaginado cientos de veces en cafeterías y viajes por el país con mi portátil a cuestas y mis historias creciendo al ritmo del repiquetear de sus teclas. Una excusa como cualquier otra, porque al final, y pese a que nunca me he comprado uno porque me parecían demasiado caros para merecérmelos, han llegado a mis manos unos cuantos. Todos viejecillos, eso sí, pero tengo por hobby ir reciclando relíquias tecnológicas para alargar su vida un poco más. De hecho en estos momentos escribo esto en uno de ellos, un modelo que data del 2004 y que es el único al que la batería le aguanta una hora sin enchufe. El resto, porque tengo más, no tienen batería, tienen la tarjeta gráfica rota o son, como todos los que pululan por aquí, un poco lentos incluso para teclear texto. El caso es que, aunque sean portátiles rocambolescos, no he hecho tantos viajes ni he ido a cafeterías bohemias con ellos como esperaba. Y mucho menos, he escrito tanto en ellos como para desgastar sus teclas. Todo había sido una excusa más.

Desde que el proyecto de la novela empezó a crecer en mi mente, también me interesé por software que me permitiera gestionarla cómodamente. Y en cuanto realizas una búsqueda de ese tipo en San Google, el nombre que aparece como la panacea en cuanto a herramienta para novelas es Scrivener, un programa hasta hace poco disponible sólo para ordenadores Mac. Desde ese momento, consideré comprarme un portátil Apple, para así matar dos pájaros de un tiro: tener un portátil decente y tener el mejor software para escritura que se conoce (al menos eso dice). Pero como siempre, mi lado razonable ha ido alargando esa decisión, hasta el punto que ahora no me sería necesario tener un Mac para poder disfrutar de ese programa, porque ya existe versión para Windows. 

Siempre he creído que los productos Apple son productos con calidad, pero a los que se les sube el precio de forma descarada por tener una manzanita. Pero a pesar de ello, y de que me duele horrores invertir una cantidad tan grande de dinero en algo que podría conseguir con otro portátil, hay otras circunstancias que me han empujado a decidirme a comprar finalmente un portátil Mac. Principalmente, que además de para la escritura, lo utilizaré para intentar mi salto a la programación de móviles iPhone, para los que es imprescindible tener un ordenador de este tipo, si no quieres acabar con muchos dolores de cabeza. ¿Es esta una excusa más? Pues puede que sí, ni yo mismo lo sé a ciencia cierta.

¿Y qué tiene que ver todo esto con Junio? Es muy fácil. El próximo lunes día 10 se presentan los nuevos portátiles Apple (según la rumorología) y esta vez es casi seguro que uno de ellos irá a parar a mi mesa. No está mal después de casi 10 años soñando con mi primer portátil, ¿no? Ojalá la espera merezca la pena y no me arrepienta de la compra. Si llego a hacer el pedido y no me tiembla la mano demasiado, os lo presentaré en sociedad cuando llegue a casa. Os parecerá una tontería, pero tengo unas ganas de tener un teclado que se ilumine para escribir cuando se empiece a hacer de noche... @_@

martes, 4 de junio de 2013

"Run away with me tomorrow, June..."

Por fin llegó Junio. Un mes en el que tengo puestas muchas de mis esperanzas. En primer lugar, tengo que decir que ya tengo listo el relato para participar en Ácronos II, y la verdad es que estoy MUY orgulloso del resultado. Sólo espero tener suerte y que el jurado opine que es digno de la recopilación. Me hace mucha ilusión pensar que pueda estar incluido en ella y la verdad es que estoy basando mi futuro como escritor en el resultado de esta convocatoria (aunque debería ser menos drástico). Recibir un "no" no debe ser el fin del mundo, sino un acicate para seguir adelante con más ganas. 

En otro orden de cosas, también he completado un relato para la revista en la que colaboro que ha resultado sorprendentemente sencillo de escribir. Prácticamente lo he acabado en un día, una marca muy lejos de lo que suelo tardar en acabar mis escritos, que suelen ser semanas e incluso meses. Sin duda, hacer el primer borrador a mano es una técnica que me está facilitando mucho el proceso. Ya tengo esta norma como número uno en el particular decálogo de las cosas que voy aprendiendo.

Y además de estas circunstancias, ¿por qué es importante este mes? Pues principalmente, porque había decidido que lo dedicaría a reemprender la novela y preparar un resumen de ella aprovechando el JuNoWriMo. Finalmente, esta iniciativa ya ha empezado y yo todavía no he recuperado la documentación de la novela porque estaba ultimando los dos relatos. JuNoWriMo no es más que una excusa para ponerme con la labor compartiendo la experiencia con otros escritores que estén trabajando en sus proyectos. La idea hubiera sido estar en contacto con alguno de ellos y compartir la experiencia. Pero uno de los inconvenientes (como en el NaNoWriMo) es que la mayoría de participantes son americanos, con lo que tener una interacción con ellos se hace difícil por cuestiones horarias. De todas formas, mi intención no era escribir la novela sino sólo un resumen que unas 20 páginas que me sirva de base. Pero, a pesar de no estar activamente en la iniciativa, lo haré espiritualmente. Así que a partir de mañana voy a ver dónde quedó todo y a refrescar esa historia que pronto va a cumplir diez años en mi cabeza. Parece mentira.

Esta noche quiero que sea especial. Prepararé un pequeño ritual con alguna vela y le daré al botón de enviar del mail con el relato adjunto hacia el concurso. Espero llevarme una alegría al fin. En todo caso, os enteraréis de lo que pase... A finales de Junio...

domingo, 12 de mayo de 2013

Dar cera, pulir cera

Todos hemos visto la película, y todos recordamos la frase. El Señor Miyagi, esponja en mano, le decía a Daniel San eso de "dar cera mano derecha, pulir cera mano izquierda, dar cera, pulir cera"...


Hace un tiempo que llevo pensando en que esa misma filosofía (barata o mediática, podéis definirla como queráis) se puede adaptar al mundo de la escritura. Al menos yo llevo unas semanas haciéndolo y el resultado no ha sido malo del todo, por ello me gustaría explicaros en qué consiste.

1) Dar cera: consiste en escribir. Simplemente eso. Pero no escribir por escribir y sin sentido (difiriendo un poco de lo que aprendí de Natalie Goldberg y su libro El Gozo de Escribir), que es la técnica que emplearíamos si nos encontráramos bloqueados o faltos de ideas. En este caso se trataría de escribir un boceto, una primera versión, un borrador de la historia. Sin entrar en detalles (aunque si aparecen durante la sesión, los anotamos en márgenes o en cualquier rincón del papel, ¡no vamos a desperdiciarlos!). Simplemente dejar volar la mano y crear de principio a fin la historia. Uno de los grandes descubrimientos que he hecho en esta fase es que si lo hago escribiendo a mano, consigo acabarlo casi de una sentada. Eso es bueno.

2) Pulir cera: empieza lo bueno. En esta fase toca mover las piezas del puzzle. Crear nuevas si se nos olvidó alguna en la caja. Podar donde toque. Recortar las figuritas de papel o poner las estanterías. En definitiva, dar forma a lo que el esqueleto de la primera parte nos ha dejado en el papel. Es un proceso que en mi caso implica mucho más tiempo, porque ahí interviene el maniático que ha habitado siempre conmigo. Pero en esta parte le dejo que meta las manos en el pastel. No en la anterior. 


A pesar del gran consejo que el Señor Miyagi le ofreció a Daniel San, debo contradecir uno de sus fundamentos (con todos los respetos, por supuesto). Y es que yo creo que debemos dar cera con la mano izquierda, es decir, permitiendo cualquier cosa y dejando que vuele lo que vaya apareciendo por nuestra mente, aunque nos parezca una tontería que no tiene que ver con la historia, aunque sea un detalle que no sabemos si va a recalar finalmente en el escrito final. En cambio, cuando pulamos la cera, debemos tener mano fuerte, la derecha, la de los recortes, la de la firmeza sin contemplaciones.

No hagáis caso al señor Miyagi ni al Reverendo Powell (yo diría que la izquierda es la del amor, la flexible, y la derecha la del odio, la estricta). ¡Han intercambiado las manos! ¡Es una trampa!


Sea como sea, lo importante es seguir moviéndolas... ;)

sábado, 11 de mayo de 2013

Montañas más allá de las montañas

Una de las asignaturas pendientes que he tenido a lo largo de estos años ha sido la lectura. Desde mi abandono siendo adolescente no recuperé mi amor por los libros hasta pasado el cuarto de siglo. Pero aunque adore las historias, el maldito tiempo ha sido siempre el gran caballo de batalla. Y también la excusa perfecta para abandonarlos procrastinando con cualquier otra cosa.
No os cuento esto porque la situación haya cambiado mucho. Sí es cierto que hace un par de años y por cuestiones laborales, me vi obligado a hacer largos trayectos en transporte y leí una decena de libros que me metieron de nuevo en la senda correcta. Pero hoy en día he vuelto a caer, y es algo que no puedo permitirme. Así que para que sirva de acicate, he decidido enseñaros algunos de los libros que me esperan. Sólo es una montaña. Hay más... 


Algunos de ellos llevan tiempo en las estanterías, otros los he comprado recientemente en el Día del Libro y están firmados por el autor, otros comprados en mercadillos... Como veréis predomina el género de la Fantasía y la Ciencia Ficción (que son los que me atraen y de los que suelo escribir también), con un interés creciente por el Steampunk. Autores premiados (como Carlos Sisí, último Premio Minotauro) o considerados clásicos del género (como Neil Gaiman, ¿os suena ese nombre?). Algunos pertenecen a las películas que me gustan (Laberinto y Blade Runner), y otros los compré, simplemente, porque me gustó su portada (y su precio, cosa que no hay que descartar en estos tiempos que corren):


Actualmente estoy leyendo un libro que conseguí de pura casualidad en el Mercado de Sant Antoni de Barcelona (un mercado dominical que ME ENCANTA):


Se trata de la adaptación de la película del mismo título (otra de mis favoritas). Mi interés por adaptaciones cinematográficas, o por libros que han servido de base a una película, es porque me permiten ver los tempos, poder analizar cómo se ha trasladado determinado pasaje de un formato a otro y ver cómo han sido resueltas la temporalidad o las descripciones del papel a la pantalla. Es un libro corto, pero aun así está durando demasiado en mi mesilla y todos los demás están pidiendo paso, así que tengo que ponerme las pilas definitivamente.

Así que ya veis. Tengo mucha tarea por delante. Y eso que no os he comentado los 121 libros que me esperan en la tableta. Pero eso es otra historia... :)

Si me aparto un momento del propósito de este post, os puedo comentar que el proceso de escritura del relato para ser presentado al concurso de Ácronos II va mejor de lo que me hubiera planteando. Estoy a punto de acabar la historia y me falta pulir algunas cosas de la parte central, pero en general estoy muy satisfecho y espero tener oportunidades de ser uno de los seleccionados. 

Como escribió Félix J. Palma en una de las dedicatorias que plasmó en uno de los libros que le ofrecí...


...De eso se trata... De homenajear todo aquello que me gusta, transformado por mi propio tamiz... Y de soñar...

domingo, 28 de abril de 2013

4:13 Dream

A este abril del 2013 le quedan sólo un par de días. Y no puedo decir que haya sido un buen mes para mí. Me he llevado un gran e inesperado disgusto que quizás me deje huella de por vida. Pero, en fin, ese dato era sólo para constatar que este preciso mes y año van a ser relevantes.

En otro orden de cosas, anoche estuve viendo un concierto de The Cure, uno de mis grupos favoritos y "banda sonora de mi vida" (odio esa frase hecha) en muchos momentos importantes, y recaí en aquel preciso momento en el nombre de su último disco 4:13 Dream. En el momento de su salida al mercado no se comentó en ningún medio cual era el motivo de ese nombre. Se rumoreó que podría estar motivado por un sueño que tuvo Robert Smith a esas horas intempestivas de la noche, o a un hipotético pasaje de la Biblia, pero el caso es que no hubo (o al menos yo no la conozco) una explicación oficial.


Fue anoche, mientras veía el concierto, cuando recaí en que 4:13 podría también haber sido una referencia al mes 4 del año 13, es decir abril del 2013. Sinceramente, no creo que el grupo estuviera pensando en octubre del 2008 (la fecha de salida del disco) en esta hipotética fecha por algún motivo, pero yo desde anoche acogí esta coincidencia como una señal del destino. Una pícara casualidad que me estaban reservando para que saboreara en este momento. Para marcar mi vida con esta fecha.

Sí, soy de esas personas que dan importancia a las casualidades, a las señales, a las coincidencias. Y siendo, como es y os comentaba, un mes bastante transcendental en mi vida, también ha sido el mes en el que definitivamente he decidido dar un paso adelante y apostar por la escritura. Ya no tengo ataduras. Puedo intentarlo. O mejor, voy a conseguirlo.

El gozo de escribir (o eso dicen)

Hace unas semanas me decidí a comprar el famoso libro de Natalie Goldberg, El gozo de escribir. Había leído muchos comentarios acerca de este libro en blogs afines, así que despertó en mí la curiosidad acerca de si sería tan transformador como contaban. La verdad es que lo he leído relativamente rápido y eso, entre otras cosas, es gracias a que está escrito como pequeños capítulo (casi píldoras) de unas a tres páginas en su mayoría que facilitan que sea muy ágil su lectura. La autora sabe de lo que habla, pues además de escritora se dedica profesionalmente a impartir clases en talleres literarios, mezclando en sus artículos parte de la filosofía zen de la que parece ser una apasionada.


Si algo a priori me llamaba la atención antes de emprender su lectura, era el título. Uno de los problemas a los que me enfrento cada vez que intento escribir es mi "sufrimiento" en esa fase. Seguramente, eso es debido a que aún no he encontrado un método de trabajo que me haga disfrutar más del proceso de escritura a partir del momento en que se origina la idea. Que un libro promulgara en su título que escribir era una actividad "gozosa" me chocaba bastante. 

Una vez terminado, puedo decir que me parece un libro bastante interesante para los que tenemos como afición la escritura, pero en mi caso no ha supuesto encontrar una fórmula mágica que vaya a marcar un antes y un después. Aunque es cierto que he extraído unas conclusiones que quiero poner en práctica, alguna con el escrito que tengo entre manos y que os comenté en el anterior post.

Como este blog es eminentemente práctico y lo que trata es de servirme tanto a mí mismo como al resto de colegas que lo puedan encontrar, a continuación detallo los puntos que me han parecido más interesantes:

1) Natalie Goldberg es defensora de la técnica de "la mano en movimiento", o sea, sentarse ante la hoja en blanco y empezar a escribir sin parar, sin tener la necesidad de pensar en lo que se está escribiendo, sólo dejando que la mano se mueva constantemente sobre el folio escribiendo todo lo que se cruce por nuestra mente. De esa forma se consigue reprimir al revisor que todos llevamos dentro (ese gran enemigo) y podemos obtener algo que, aunque no tenga sentido, nos ayudará a ser capaces de romper el miedo a la página en blanco y a predisponer la mente a ser ágil. Me ha parecido una buena aportación, creo que sobre todo será muy útil para conseguir un primer borrador del escrito. En ese sentido, a partir de ahora voy a tratar que todos escritos tengan como primera versión una escrita a mano. Así también me ahorro distracciones con el ordenador.

2) La importancia de los detalles: la autora aboga por que el autor experimente y viva para poder contarlo posteriormente, y que se nutra de los pequeños detalles que nos rodean y que dan veracidad a las historias. Las sensaciones, las percepciones físicas, la observación detenida de lo que tenemos cerca, para poder plasmarlo en nuestros escritos. El escritor debe ser una persona sensitiva.

3) La flexibilidad del escritor: Natalie comenta que, aunque para desarrollar nuestra pasión puede ser interesante disponer de un espacio propio y adecuado para escribir (mesa, silla cómoda, etc.), también comenta que no debemos dejarnos llevar por los "fetiches". No debemos acomodarnos y debemos ser capaces de escribir en cualquier sitio y condición, saliendo de nuestra zona de confort. En concreto, defiende que preparar una sesión de escritura en un café o un sitio ajeno puede ser una buena práctica para reactivar una etapa de baja productividad.

4) Las dudas del escritor: finalmente, la autora comenta que es normal que un autor tenga momentos de duda o decaimiento en los que creemos que todo lo que hacemos no sirve para nada, y que deberíamos estar dedicando todo ese tiempo a otras actividades. Es una circunstancia que han vivido todos los que comparten esta afición y no debemos sentirnos como "los apestados". Simplemente, hay que seguir adelante, asumir que habrá días mejores y peores, pero que mientras se siga escribiendo no será tiempo perdido.

Sinceramente, creo que merece la pena la lectura de este libro. Quizás no tenga las claves maestras sobre cómo conseguir vuestra novela (¿acaso hay alguno que las tenga?), pero sí aporta pinceladas de una escritora con mucha experiencia y que sumadas a las enseñanzas orientales que practica, se convierten en una lectura muy agradable.

jueves, 25 de abril de 2013

Volver a comenzar

Hace tres años que dije "espero que llegue febrero"... Y febrero, a pesar de las amenazas de fin del mundo y demás, llegó. También llegó el año siguiente y al otro... Porque han pasado tres febreros desde la última vez que escribí aquí. Yo mismo me he sorprendido de que haya pasado tanto tiempo. Sinceramente, no es lo que hubiera querido, en cierta forma porque parece que haya tenido desatendida la "misión" que me hizo crear este rincón. Pero no es así. La llama sigue igual de viva, y ahora con más posibilidades que nunca de poder prender con más fuerza.

En tres años han pasado muchas cosas: he ganado un concurso literario que me hizo mucha ilusión, he colaborado con mis escritos en una revista y en un libro, he leído muchos libros (más de los que había leído en los últimos años), aunque tengo una montaña inmensa pendiente y he descubierto muchos recursos que iré contando por aquí en los próximos posts. He acabado la carrera que ha sido la gran culpable de que tuviera que abandonar la escritura de esta novela (y con buena nota, cosa que necesitaba para demostrarme que era capaz de hacerlo). También he estado trabajando fuera de mi ciudad y actualmente estoy de vuelta, teniendo las tardes para dedicarme (espero) a este proyecto. En otro orden de cosas, han pasado algunos acontecimientos en mi vida que han significado un borrón. El más notable, que mi abuela, la otra persona a la que quería dedicar mi novela, nos dejó en verano del 2011. 

¿Y qué ha pasado con la novela durante todo este tiempo? Pues, aunque en sí no ha crecido, sí lo ha hecho todo su argumento. De la trama primeriza con la que empecé a escribirla (casi sin tener definido el final) he pasado a una trama con más elementos de aventura, con un malo malísimo y su legión de seguidores. Tengo un esquema bastante claro de lo que quiero contar, un armazón que falta pulir pero que me parece muy sólido y atractivo. Y tengo muchas ganas de empezar de nuevo.

Pero mientras, me he decidido a retomar el ritmo de escritura de nuevo participando en algún concurso de relatos que espero que con un poco de suerte me devuelva la confianza en mí mismo y en mi escritura (cosa que en estos momentos necesito como el beber). Para ello, me he decidido a participar entre otros, en el premio Acronos II. Tengo mucha ilusión puesta en esta participación y una historia que, aunque no es la típica historia Steampunk que supongo que todo el mundo presentará (llena de trastos retro-evolucionados y mucho vapor), sí espero que sea bien entendida y le parezca al jurado merecedora de aparecer en el libro que recogerá a los ganadores. Me hizo mucha ilusión pasear no hace mucho por una librería y encontrarme con el primer volumen de este premio, e imaginarme en las páginas de la segunda parte es uno de los motivos por los que me he animado a participar. Actualmente tengo el relato en un primer borrador y me falta reescribirlo y pulirlo. Un pequeño-largo camino, pero que espero que me lleve a buen puerto.

No son días especialmente felices para mí, pero quería acabar dejando una canción que tiene un mensaje al que intento atarme en momentos como este. Espero que a vosotros también os sirva. Nos leemos pronto.